La vida es sueño, es la obra más célebre e importante del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. Su estilo es único, su prosa es admirable; lo único que puede igualarla es Hamlet, escrita unos cuántos años antes, por el literato de mayor excelencia en Inglaterra, William Shakespeare. Incluso a pesar de haber dejado más de sus trabajos, casi estos se pueden desconocer, al ser opacados por la fuerza de argumentos que “la vida es sueño” posee en su bien amanerada escritura, y la influencia que ha ejercido a lo largo de siglos de incontables dramas, novelas, poemas, cuentos. Llega a ser un tanto enigmática en sus planteamientos filosóficos, como lo fue Calderón de la Barca al dejarnos sus últimas palabras, que hasta día de hoy parecen indescifrables; quien se atreva a darles un significado concreto, o una interpretación establecida peca de arbitrariedad.
Esta obra consiste de tres actos; en el primer acto se introducen los personajes, cada uno con su propia trama e historia; en el segundo acto se desarrolla con gran elocuencia el personaje de Segismundo; en el tercero se le da una conclusión satisfactoria a todos los avatares que conforman la historia. Resulta que Segismundo, se encuentra encerrado en una torre desde su más tierna edad; para él este ha sido su palacio, su escuela, su país entero en el mismo carácter que le será su tumba y cementerio. Este siniestro menester fue efectuado por su padre, Basilio, quien se ha basado en la predicción de los hados para prevenir que su hijo sea la bestia que aterrorice a Polonia con la sangre de los inocentes. Basilio empero, aún desea probar su punto y aún teje los hilos de otro plan aún más ambicioso con el que desea poner a prueba el destino que los hados decretaron para Segismundo.
Paralelamente se introduce a Rosaura, una dama vestida de caballero, que trae junto a ella a su servidor, Clarín. Ambos llegan a la torre donde está encarcelado Segismundo, el príncipe heredero; entonces llega Clotaldo, protegido del rey quién descúbrelos y procede a cumplir la orden de asesinar a todo el que haya destapado el secreto. Pero al fijarse en la espada que Rosaura blande, entiende por esto que es su hijo, razón que le insta a perdonarle la vida, no sin antes consultar al rey que debe hacerse, e implorarle que no los ejecuten. En ese mismo instante el rey Basilio ya ha revelado a sus súbditos la existencia de Segismundo. Comienza el segundo acto, donde las intenciones del rey son cumplidas. Segismundo es adormecido, para despertar reposando en el lecho noble de su padre, sirvientes dispuestos para él, y la revelación de que es el heredero al trono de Polonia. El punto de Basilio es probar si efectivamente, la revelación será para despertar el instinto neroniano de Segismundo, o contrario a la predicción que los hados hicieron, actuará con honor y piedad. Segismundo actúa según su crueldad, que aterroriza a todos tras arrojar a un criado por una ventana. Es llevado de vuelta a la torre. Entonces, el rey procede de otra forma, con la ayuda de Clotaldo, para probarle a Segismundo que todo lo que experimentó ha sido un sueño. Su desánimo se hace evidente, Clotaldo le anima y le dice “da igual que sea un sueño, no se pierde nada con obrar bien”, pues la obra nos enseña que la vida es incierta de modo que no hay forma de probar que todo sea real. Pero que cualquier cosa, es mejor obrar prudentemente en lo que dure el sueño, para cuando despertemos sintámonos satisfechos de lo que hicimos y lo que fuimos. Del mismo modo que si es real, sintámonos satisfechos de haber vivido de la mano de la justicia. Si la vida es un sueño, la muerte, la oscuridad absoluta puede ser la realidad. Disfrutar, hacer lo mejor que se pueda en el sueño es lo más correcto en tanto que dure; sea el fin un vacío, una nada infinita; o sea el fin el comienzo de otro ciclo, siempre es importante la ética. Esta es la interpretación que le doy personalmente al mensaje central de la obra.
En el último acto, Segismundo es liberado por el vulgo -el pueblo- del que han llegado los rumores en Palacio sobre el hijo del rey, que no nació en realidad muerto como se había engañado, y que está vivo encerrado en esa torre. Segismundo, vuelve a la confusión de haber vivido como rey, para regresar a la realidad infame de las cadenas; luego ver que de nuevo es el rey de Polonia. Recordando la enseñanza aprendida, decide actuar de buena forma. Perdona a su padre, y fuerza a Astolfo a casarse con Rosaura, quién había viajado desde Moscovia para vengarse porque este antaño fue su amante, y ahora la estaba dejando a un lado, por el interés de casarse con su prima Estrella, y reinar ambos Polonia. Antes de Segismundo obtener su libertad y lo que le correspondía, el rey decidió que sus sobrinos le sucederían en el trono. Astolfo cede, y Estrella que no ve mal en Segismundo, le acepta la oferta de matrimonio. La obra llega a su fin con esta conclusión idealista para todos. La obra misma puede ser un sueño, de lo equilibrado que es el final.
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